Si tus relaciones sociales se tambalean, tienes problemas en el trabajo y no tienes amigos en clase, quizás seas una persona tóxica. Sigue nuestras recomendaciones y conviértete en el amigo y el compañero ideal
Podrás encontrar muchos post que hablan de las personas tóxicas, de sus características y de cómo detectarlas. Sin embargo, nunca pensamos que podamos ser nosotros ese compañero amargado, triste y negativo; esa persona pesimista que atormenta la vida de sus compañeros con sus críticas y su afán de protagonismo. ¿Y si eres una persona tóxica? No te preocupes, existen una serie de trucos que puedes aprender para mejorar tus relaciones sociales.
Todo el mundo es susceptible de pasar por una mala racha. ¿Te han despedido del trabajo? ¿Has vuelto a suspender el examen en cuarta convocatoria? ¿No eres capaz de terminar de escribir la tesis? ¿Discutiste con tu mejor amigo? Cualesquiera que sean tus razones, tienes que evitar que estas dominen tu vida. ¿Qué culpa tienen los demás de tus problemas? Si no quieres convertirte en esa persona que todo el mundo desea evitar, haz de tripas corazón, supera las adversidades de la vida y afronta los nuevos retos con positividad y entereza.
Lo primero que debes hacer es darte cuenta de que el problema eres tú. ¿Crees que tus compañeros y amigos están en tu contra? ¿Discutes con todo el mundo pero nunca coges tu parte de responsabilidad? Cuando llegues a casa cada noche, piensa en todas las situaciones comprometidas que hayas vivido e intenta poner alguna solución para que mañana no se vuelvan a repetir. Si aún no sabes si eres o no una persona tóxica, sigue leyendo.
Uno de los rasgos más visibles de las personas tóxicas es su negatividad, que puede extenderse a cualquier ámbito de la vida. Es posible que tengas mala suerte, aunque es importante que aprendas a enfrentar tus problemas con una sonrisa. Siendo negativo y cascarrabias, solamente conseguirás aislarte del mundo, malas calificaciones en la universidad y bajar el rendimiento laboral.
Las personas tóxicas suelen contar sus problemas y sus logros a sus amigos o compañeros, aunque ellos no suelen estar dispuestos a escuchar las vidas de los demás. ¿Interrumpes las historias cuando no te interesan o no eres el protagonista? ¿Te pones nervioso cuando tienes que actuar como oyente? ¿Te inventas excusas para no quedar con tus amigos cuando sabes que necesitan un hombro en el que llorar? Si has respondido si a alguna de estas preguntas (o a otras similares), eres tóxico.
También suelen ser personas muy críticas, en el mal sentido de la palabra. Nunca tienen un gesto bonito, un piropo o una frase de aliento, aunque sí que serán los primeros en reírse del fallo de un compañero o de la indumentaria de otro. ¿Tu amigo ha conseguido una beca? ¿Ha ganado un premio?
Si no eres capaz de reconocer el éxito ajeno y te puede la envidia, también lo eres.
¿Siempre que asistes a una reunión acaba en bronca? ¿Las comidas familiares siempre son motivo de discusión? Las personas tóxicas llevan su negatividad allá donde vayan, generando un ambiente irascible y molesto. Si la gente se enfada por donde pasas, eres tóxico.
Estos cuatro puntos seguro que te han dado una pista de si eres o no una persona tóxica, pero si no estás seguro, pregunta a un amigo de confianza. Una vez que ya lo sabes, debes entender que tienes un problema, y no es razón alguna para avergonzarse. Aunque es difícil erradicar estas actitudes, comienza por cambiar una cosa cada día, pedir perdón y practicar la empatía. Si tu vida educativa, laboral o familiar se tambalea por causa de tu comportamiento tóxico, acude a un psicólogo para que te ayude a canalizar tu negatividad.
Fuente: Universa -España
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