Ir al contenido principal

COACHING Y DESIGN THINKING: TAN LEJOS... TAN CERCA

Por: Percy Montoya Vargas
Consultor Independiente (Medio Ambiente, Responsabilidad Social, Cierre de Minas & Coach


Una reflexión personal de dos aplicaciones emergentes en el mundo, muy útiles y significativas para el desarrollo del ser humano, ambas navegan en paralelo con un único centro: el cliente o coachee.

En la actualidad, los fenómenos de transformación se dan en todo sentido, todo se renueva, todo cambia, todo se reinventa, desde lo humano hasta lo tecnológico. Precisamente, el ser humano experimenta procesos de transformación, desde cambios imperceptibles hasta cambios drásticos; distintas disciplinas de las ciencias humanas brindan un enfoque razonable sobre este proceso y entre estas disciplinas el coaching destaca como alternativa preferente en los últimos años. 

El Design Thinking, como herramienta centrada en el ser humano, exige una profunda comprensión de los deseos y necesidades del cliente, así mismo, se sustenta en el éxito o fracaso durante la validación de posibles soluciones. Tim Brown, director ejecutivo de IDEO, define el design thinking como «un enfoque… para satisfacer las necesidades de las personas de un modo tecnológicamente factible y comercialmente viable». En otras palabras, es una innovación centrada en la persona que se concentra en el proceso de diseño, más que en el producto final. El coaching se centra en la experiencia del coachee, cuando este resuelve sus problemas para satisfacer sus necesidades y descubre como rediseñarse en aspectos que le agreguen valor y significado a su vida. 

Coaching, tal como lo define la International Association of Coaching, es un «Proceso de transformación para la conciencia, descubrimiento y crecimiento personal y profesional». Una invitación clara a tomar alguna acción para el cambio e interactuar con el medio que nos rodea, la definición desprende también un ámbito de descubrimiento básico para la creatividad e innovación y para cerrar la idea es relevante el crecimiento personal y profesional hacia la consolidación de un ser humano integro, que sea viable, factible y valorable para la sociedad.

Brevemente describo en qué consisten estas aplicaciones con la intención de sustentar esta reflexión de parentesco o encuentro entre ambas. El coaching (no directivo), utiliza como base el modelo G.R.O.W., donde se dan 4 momentos, primero se plantea un objetivo o meta personal/profesional (Goal), luego se define la realidad en la que se sostiene la persona (Reality), seguidamente se exploran opciones que lleven a soluciones posibles (Options), y finalmente, proponer acciones que el coachee se comprometa a ejecutar (Will). Por su lado, el design thinking cuenta con 5 momentos: Empatizar, Definir, Idear, Prototipar y Testear. 

Aprovechando el orden planteado en el design thinking, propondré la reflexión sobre la cercanía y su relación con el coaching: 

Momento 1. Empatizar para entender que queremos 

En el coaching iniciamos con el planteamiento de un objetivo o meta, el coachee elige libremente lo que quiere tratar y plantea metas de corto, mediano y largo plazo, por su lado el design thinking exige un entendimiento profundo de los deseos y necesidades del cliente. La magia del coaching es acompañar al cliente/coachee a encontrar sus propias soluciones planteándolas a modo de metas, este debe pasar por un entendimiento profundo de sí mismo a través de preguntas poderosas. Mientras que en design thinking se dice que “hay que ponerse en la piel del cliente”, el coach debe ser capaz de hacer que el coachee reflexione sobre "la piel en la que este mismo habita", para desde allí tener la capacidad de generar ideas y soluciones acorde a su verdad y realidad.

Momento 2. Definir realidad y problema

El design thinking propone la definición de un problema, mientras más claro el problema, mejor orientadas las ideas que se propongan en adelante. Para llegar a la propuesta del problema es importante definir el “punto de vista” del cliente/coachee sobre lo que le pasa, lo que sucede, siente y piensa; visto de otro lado, el coach acompaña al coachee a que defina cuáles son los problemas u oportunidades de mejora, y al igual que en el design thinking, el coachee o cliente descubre terrenos inexplorados, pisa zonas desconocidas y reconoce su realidad de una manera legítima pero distinta. 

Momento 3. Ideas para la generación de opciones

Este es el momento de generación de ideas por excelencia, desde las primeras ideas u opciones obvias y simples, hasta las aquellas más locas, atrevidas, arriesgadas o fuera de la caja; es necesario vencer paradigmas que bloquean nuestra capacidad de crear, sesgos como "el que dirán", el esperar que otro tome la iniciativa antes que nosotros o el temor a que no ser aceptados socialmente, actúan como piedras que hacen más pesada la mochila que cargamos. 

Tal como se plantea en el design thinking, este momento es divertido, hay libertad y permiso para imaginarte lo que sea, es imprescindible que se desarrolle en un espacio colaborativo, multidisciplinario y de alta interacción; si bien reproducir este espacio en el coaching es más complicado dado que la reflexión es personal, la mayéutica que sostiene la práctica del coaching, invita al coachee a mirar posibilidades diversas y distintas, al inicio seguramente el coachee propondrá ideas u opciones de solución obvias pero a medida que se profundice más en el proceso aparecerán ideas que ni el mismo coachee se habría imaginado, ese momento de divergencia y pensamiento creativo sorprende al coachee y lo lleva a un nivel diferente de posibilidades.

Momento 4. La acción como prototipo 

Las opciones o ideas propuestas hay que convertirlas en prototipos, el “compromiso hacia la acción” sería el prototipo mínimo para este fin. El prototipo o la formulación de un compromiso hacia la acción puede ser tan simple como la construcción mental o escrita de un enunciado que el coachee validará luego en el exterior e inclusive en su interior; al igual que en el design thinking el prototipo deber ser simple, fácil de elaborar, de bajo costo y que se replantee (pivotee) las veces que sea necesario. 

El prototipado es fundamental para el desarrollo del pensamiento creativo, las ideas creadas o imaginadas construidas utilizando las manos, en general usando todos los sentidos, extrapola aún más las posibilidades de encontrar soluciones más increíbles; el coaching por su parte gatilla el uso del lenguaje, el cuerpo y las emociones a favor del compromiso hacia la acción (el prototipo). 

Momento 5. Validando el compromiso a la acción

Testear nuestros prototipos nos aproxima a la solución que estamos proponiendo, básicamente es someter el prototipo al mundo y esperar que sucederá. Este momento es crucial para quien propone la solución, aqui se valida o no lo planteado, se prototipa nuevamente y se persevera o pivotea la solución de acuerdo lo descubierto. Haciendo el símil, el coachee validará el prototipo ejecutando el compromiso hacia la acción, requiere decisión, atrevimiento y una pizca de incomodad como mínimo, lo que finalmente resultará en aprendizaje. No importa el resultado, toda vez que exista satisfacción consigo mismo, este aprendizaje permitirá al coachee evolucionar, proponer nuevos cosas y validar soluciones que mejoren su vida.

En conclusión

Me he permitido reflexionar sobre ambas prácticas que tienen un significado importante en mi vida personal y profesional, me hace sentido que lo que hace natural la sinergia entre design thinking y coaching es el poder que tienen ambas para centrarse en la persona; en este caso, ya sea coachee o cliente, lo que se busca es satisfacer necesidades y elevar la calidad de vida. Ambas permiten rediseñar o rediseñarnos, inventar o reinventarnos, podemos innovar creando cosas geniales para el mundo, también podemos "innovarnos" para hacer un mejor mundo donde vivir; no es importante fracasar o tener éxito, pero si mantenernos en constante movimiento.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Mejor lo hago mañana

Tiene en mente esa declaración de impuestos que sabe que debe ser realizada hoy o le causará problemas más adelante, sin embargo algo en su interior le lleva a postergar la tarea y como era previsible se convierte en un problema. Pues no está solo, procrastinar, que es como se conoce a esta conducta, es muy común.      La palabra procrastinación deriva de los vocablos en latín pro que significa “delante de, a favor de” y crastinus, que significa “del día de mañana”, dejamos de forma consciente las cosas que tenemos que hacer aún sabiendo que las consecuencias de no hacerlo no nos van a gustar o nos van a causar más problemas. El problema es que esta conducta nos suele mantener en estrés permanente, la productividad se ve disminuida al tener esos “pendientes” en mente, y es posible que al dejar todo para último minuto no hacemos las tareas explotando todo nuestro potencial. El origen de esta conducta, según los últimos estudios en psicología del comportamiento...

Feedback para desarrollo

Cada vez que alguien habla de desarrollo organizacional, salta por el aire un concepto clave para lograrlo, feedback. La traducción literal es retroalimentación, y tiene un potente impacto sobre el desarrollo de las personas que trabajan en la organización. Piense en un tablero de mando que le permite a la persona que recibe la retroalimentación detectar posibles "gaps" o brechas en las cuales enfocar sus esfuerzos para mejorar el desempeño.  Los líderes empresariales deberían atender al desarrollo de sistemas de retroalimentación que permitan ofrecer de forma oportuna y orientada al aprendizaje de todos los colaboradores También debería estar en las prioridades el desarrollo de habilidades  que les permita  ser buenos generadores de espacios  seguros y confiables para que sus colaboradores puedan crear planes de acción individuales. Son los líderes quienes pueden proveer de retroalimentación de calidad a sus colaboradores. Sin embargo, no siempre...

La felicidad en el trabajo, un reto para las empresas

Javier Ayuso, director general de  Unique  “ Encuentra la felicidad en el trabajo o nunca serás feliz”. Esta frase que se atribuye a Cristobal Colón me viene muy bien para introducir mis reflexiones al respecto de este tema. La felicidad es algo fundamental en todos los niveles de la vida, incluido el laboral. En el trabajo es importante tanto para los trabajadores de una empresa como para el conjunto de la organización. Si se consigue este objetivo, se evoluciona en el ámbito personal, en el colectivo y en los resultados finales. Los beneficios son múltiples, desde la captación de talento a la racionalización interna del trabajo en la organización. Por este motivo, la gestión de la felicidad en el entorno laboral debe convertirse en un reto común. El concepto de bienestar en el trabajo ha pasado del plano filosófico al escenario empresarial. Se ha hecho real. Hoy en día se sabe que es posible sentirse a gusto en el trabajo y que, como consecuencia directa, a...