Por TIM HERRERA Esta es una lista de cosas que hice antes de comenzar este artículo: llené los documentos para renovar mi pasaporte; le corté las uñas a mi gato; compré algunos artículos para el hogar; respondí algunos mensajes directos en Instagram, y me comí un bocadillo porque tenía hambre. ¿Te suena familiar? Algunas de esas tareas fueron relativamente urgentes: debo tener en regla mi pasaporte pronto y esos mensajes directos de Instagram ya me estaban pesando. Pero ninguna de esas actividades eran tan importantes como escribir este artículo. Sabía que debía hacerlo, pero fue demasiado fuerte el llamado de esas tareas menores que yo consideraba urgentes. A todos los procrastinadores que se identifican conmigo, les ofrezco una explicación: su cerebro está trabajando en su contra, y se debe a un fenómeno llamado efecto de urgencia. Nuestros cerebros tienden a dar prioridad a la...
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